La pronunciación
importa poco cuando se trata de degustar lo que se ha convertido en una comida
internacional, y no sólo porque lo diga yo.
¿En cuántas “guerras de comida” en las películas no
vemos a alguien lanzar espaguetis como si no hubiera mañana? ¿A caso en “La dama y el vagabundo” habría habido
beso si no fuera gracias a los espaguetis? Y no hablemos de todas las
recreaciones que han surgido en la industria cinematográfica tras la romántica
escena.
Espagueti ya no es
sólo un tipo de pasta, ha llegado a ser un género cinematográfico (spaghetti western),
un gran nudo de intercomunicación entre varias vías de transporte, e incluso
una religión; El Monstruo Espagueti Volador, religión creada en Kansas para
protestar contra la enseñanza, en la escuela, de la teoría creacionista.
Muchas son las
formas de saborear este tipo de pasta, ya sea de manera más o menos
tradicional, ya sea o no el espagueti el plato principal…los hay para todos los
públicos.
Desde el espagueti
“a la boloñesa”, “a la carbonara”, con chorizo, pisto o albóndigas, con
chipirones…e incluso fresas.
No existe excusa
alguna ya, para no probar los espaguetis.
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